El periodista José Reveles ha publicado un nuevo libro. Se llama ‘’El cártel incómodo, El fin de los Beltrán Leyva y la hegemonía del Chapo Guzmán’’, en la editorial Grijalvo. Y en la página 86, escribe, textualmente:
‘’De entre las fuentes que aseguran la veracidad de la información aquí vertida, por lo menos tres hablan con certeza del acuerdo previo al que el capo (Guzmán Loera) había llegado, durante el sexenio anterior, para su liberación. Inclusive mencionan la cantidad que implicó el arreglo que propició la fuga del Chapo, permitiéndole continuar en el tráfico de drogas: 40 millones de dólares.
‘’Este pacto se habría signado poco antes de que Vicente Fox asumiera el poder con varios personeros del entonces presidente electo.
‘’Este dato también fue divulgado, en noviembre y diciembre del año 2000, por una mujer mayor, familiar de quien luego sería nombrado el Capo del Sexenio. La mujer solía entonces repetir: ‘’Joaquincito ya pronto estará otra vez entre nosotros’’.
En la página 29, José Reveles escribe:
‘’Por supuesto, su fuga no fue una sorpresa. Cuando menos no lo fue para Miguel Angel Yunes Linares, encargado de todas las cárceles del país, quien recibió documentos y denuncias verbales acerca de que en Puente Grande, el Chapo Guzmán, el Güero Palma y Arturo el Texas Martínez Herrera, por ejemplo, recibían visitas de mujeres que llegaban de la calle, así como de otras que estaban encarceladas allí mismo, como Zulema Martínez (quien se convirtió a la postre en amante del Chapo y cuyo cuerpo torturado fue encontrado muchos años después).
‘’Allí, los capos gozaban de un singular sexoservicio que les prestaban las empleadas de cocina, trabajo social o enfermería del propio penal, así como de mujeres traídas desde fuera. También podían, si les daba la gana, degustar platillos exquisitos, licores, drogas, usar Viagra o cualquier otra cosa que solicitaran pues entregaban, al menos, 26 mil dólares mensuales al comandante Dámaso López Nuñez, (1) quien organizaba las compras necesarias y se encargaba de las dádivas a los custodios’’.
1. Dámaso López Nuñez, de nacimiento sinaloense, fue colocado en su puesto por el mismísimo Chapo Guzmán y una vez instalado se llevó a trabajar consigo a más sinaloenses, quienes terminarían por ocupar todos los puestos claves del sistema de vigilancia de ‘’Puerta Grande’’.
‘’De entre las fuentes que aseguran la veracidad de la información aquí vertida, por lo menos tres hablan con certeza del acuerdo previo al que el capo (Guzmán Loera) había llegado, durante el sexenio anterior, para su liberación. Inclusive mencionan la cantidad que implicó el arreglo que propició la fuga del Chapo, permitiéndole continuar en el tráfico de drogas: 40 millones de dólares.
‘’Este pacto se habría signado poco antes de que Vicente Fox asumiera el poder con varios personeros del entonces presidente electo.
‘’Este dato también fue divulgado, en noviembre y diciembre del año 2000, por una mujer mayor, familiar de quien luego sería nombrado el Capo del Sexenio. La mujer solía entonces repetir: ‘’Joaquincito ya pronto estará otra vez entre nosotros’’.
En la página 29, José Reveles escribe:
‘’Por supuesto, su fuga no fue una sorpresa. Cuando menos no lo fue para Miguel Angel Yunes Linares, encargado de todas las cárceles del país, quien recibió documentos y denuncias verbales acerca de que en Puente Grande, el Chapo Guzmán, el Güero Palma y Arturo el Texas Martínez Herrera, por ejemplo, recibían visitas de mujeres que llegaban de la calle, así como de otras que estaban encarceladas allí mismo, como Zulema Martínez (quien se convirtió a la postre en amante del Chapo y cuyo cuerpo torturado fue encontrado muchos años después).
‘’Allí, los capos gozaban de un singular sexoservicio que les prestaban las empleadas de cocina, trabajo social o enfermería del propio penal, así como de mujeres traídas desde fuera. También podían, si les daba la gana, degustar platillos exquisitos, licores, drogas, usar Viagra o cualquier otra cosa que solicitaran pues entregaban, al menos, 26 mil dólares mensuales al comandante Dámaso López Nuñez, (1) quien organizaba las compras necesarias y se encargaba de las dádivas a los custodios’’.
1. Dámaso López Nuñez, de nacimiento sinaloense, fue colocado en su puesto por el mismísimo Chapo Guzmán y una vez instalado se llevó a trabajar consigo a más sinaloenses, quienes terminarían por ocupar todos los puestos claves del sistema de vigilancia de ‘’Puerta Grande’’.
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